FICHA TÉCNICA
Orden: Carnívora (carnívoros).
Familia: Cánidos.
Género: Canis
Especie: Canis lupus (Linnaeus, 1758)
Subespecies presentes: Una sola especie para la Península Ibérica. Cabrera describió dos subespecies en la Península Ibérica: el
Canis lupus signatus, que corresponde al lobo peninsular actual y el Canis lupus deitanus, que indica se localizaba en el SE
peninsular, de menor tamaño y aspecto chacaloide, lo que se encuentra muy cuestionado hoy en día.
Longitud de la cabeza y cuerpo, sin incluir la cola: unos 120 cms.
Longitud de la cola: de 40 a 50 cms.
Peso: Entre 28 y 46 Kgs., estando la media en torno a los 32 Kgs. en los machos y en 28 Kgs. en las hembras.
Status de la especie: La Lista Roja de Animales Amenazados de la UICN (2000) incluyó al Lobo a nivel mundial en la categoría de
“Riesgo menor, mínima preocupación”, y a la población ibérica en la categoría de “Riesgo menor, dependiente de conservación”.
La Directiva Hábitats de la Unión Europea, aprobada en mayo de 1992 y adoptada por la legislación española en diciembre de 1995,
incluye al lobo al Sur del Duero como especie prioritaria en los Anexos II y IV, que exigen respectivamente la designación de zonas
especiales de conservación y la protección estricta de sus poblaciones. En consecuencia, el lobo está “estrictamente protegido” en
Extremadura, Castilla – La Mancha y Andalucía, encontrándose en Sierra Morena (Andalucía) el territorio más meridional de la
subespecie ibérica, con graves riesgos de supervivencia futura.
Por el contrario, las poblaciones españolas del norte del Duero se incluyen en el Anexo V, el de especies que “pueden ser sometidas a
planes de gestión”, y que se traduce en que estas poblaciones pueden ser consideradas como “cinegéticas”
DESCRIPCIÓN DE LA ESPECIE
Con el aspecto característico de un cánido, el lobo es de complexión robusta, cabeza grande y redondeada, en la que destacan sus
orejas triangulares, siempre erguidas, aunque cortas, y sus vivos ojos de color típicamente dorado o ambarino, aunque también hay
ejemplares con ojos claros y azulados. El pelaje del lobo, adaptado a los rigores de la montaña, es muy espeso, más en invierno que
en verano, mientras que la cola es gruesa y aparece densamente poblada, con la punta negra.
El lobo es una especie muy sociable, que vive en manadas, de tamaño variable, que pueden alcanzar los 20-30 ejemplares en Canadá y
EEUU, mientras que en la Península Ibérica oscila entre los 2 y 9 individuos, siendo lo más frecuente encontrar grupos de 3-6
ejemplares. Dentro del grupo hay un orden jerárquico muy marcado. La principal actividad de la manada, la caza que le proporciona
alimentos, se hace en grupo. Por regla general, los lobos se desplazan en fila india, en una característica marcha al trote
(popularmente llamado “trote lobero”). No siempre abre la marcha el individuo dominante, sino que con frecuencia lo hace un individuo
que actúa como prospector y que transmite algún tipo de señales al resto del grupo. Durante las cacerías el trabajo está
perfectamente distribuido.El lobo es un animal en el que la resistencia prima sobre la potencia. Por esta razón la táctica de caza
consiste en agotar a la presa, persiguiéndola hasta que su captura se hace posible, pudiendo mantener la persecución de sus presas
durante unos 20 minutos.En el ataque a las presas, suelen poner en práctica los lobos tres tipos de técnicas, en función del tamaño
de la presa. Así contra las presas de gran tamaño, como vacas, caballos o ciervos, los lobos infieren heridas en la parte posterior
del cuerpo, centrándose sobre todo en la región ventral. Contra las presas de mediano tamaño, como los jabalíes, los suelen agarrar
por las orejas, uno por cala lado, mientras que un tercero lo hace por la cola, y el resto le infringen heridas por el vientre, para
provocar la salida de las vísceras; mientras que en los ejemplares de pequeño tamaño como ovejas, cabras, corzos, cervatillos,
perros, zorros, otros carnívoros o conejos, los lobos proceden mordiendo en el cuello, buscando la fractura de la región cervical, y
el desgarro de la tráquea y la glotis.En cuanto al hábitat el lobo selecciona lugares que no sean frecuentados por el hombre, y que
cuenten con disponibilidades alimenticias y aguas, esencial en su supervivencia. Algunos estudios han puesto de manifiesto como las
áreas de campeo del lobo están en torno a los 100-200 km2, dependiendo especialmente de la disponibilidad de alimento. En invierno se
desplaza frecuentemente a cualquier hora del día, en zonas poco humanizadas, mientras que en verano prefiere hacerlo al atardecer y
amanecer.
El lobo tiene unos sentidos muy desarrollados, pudiendo captar ultrasonidos por encima de los 20.000 ciclos. La vista está también
muy desarrollada, aunque es el olfato el sentido más perfeccionado, pudiendo olfatear presas con el viento a favor a grandes
distancias.El lobo es una especie muy territorial, desempeñando el aullido una importante comunicación intraespecífica, defendiendo
con violencia su territorio de otros congéneres intrusos, para lo que marca su espacio con marcas que se acumulan normalmente en
lugares de tránsito de otros congéneres como cruces de caminos, cortafuegos o senderos, para ello utiliza cuatro formas
características de marcas:
1. - Deposita excrementos y orina en piedras y puntos elevados.
2. - Araña el suelo, particularmente con las patas traseras.
3. - Restriega su cuerpo contra plantas, árboles y rocas, incluso sobre los cadáveres de animales, para impregnarle su olor
corporal.
4. - Por secreciones de la glándula de la región caudal.
A nivel planetario el lobo originariamente se extendía por gran parte del Hemisferio Norte. En la actualidad se estima que la
población mundial es de unos 200.000 ejemplares, de los que las principales poblaciones se localizan en Canadá-Alaska (unos 60.000) y
entre el sudeste de Europa y Asía Central, albergando casi el 50 % de la población mundial. En los últimos años se ha constatado la
recolonización de algunos territorios en Francia, por ejemplares procedentes de los Alpes italianos. Y algunos de estos ejemplares
han llegado incluso al Pirineo catalán.
Se han llegado a diferenciar hasta 35 subespecies de lobo en todo el mundo, aunque en los últimos años los especialistas las suelen
reducir a unas 15, que por su coloración general se pueden englobar en cuatro grupos: lobos blancos (Canis lupus tundrarum en Alaska,
C.l.albus en la región ártica europea), lobos rojos (C.l.pallipes en las zonas predesérticas de Eurasia), lobos grises
(C.l.pambasileus en Alaska) y lobos pardos (C.l.signatus en la Península Ibérica, C.l.lupus en Eurasia). La subespecie ibérica se
caracteriza principalmente por las líneas longitudinales negras de las patas delanteras.En un censo efectuado en el año 1988, se
estimó que la población española de lobos estaba en torno a unos 300 grupos familiares, con unos 1.500 a 2.000 individuos, con
fluctuaciones poblaciones dependiendo de la época del año, más tras los nacimientos de primavera. Casi el 90 % de esta población se
concentraba en la zona NO de la Península, repartida entre el 54 % Castilla-León y el 34 % Galicia. La mayor densidad de lobos de
encuentra en la provincia de Zamora, en la llamada Sierra de la Culebra con una densidad de 5-7 lobos por cada 100 Km2. Este mismo
estudio estimó que al año morían por causas del hombre unos 500 lobos anuales y que los lobos ocasionaban en España la muerte de unas
1.200 cabezas de ganado equino, unas 450 de ganado vacuno y unas 5.000 de ganado ovino, estimándose las pérdidas anuales en unos 120
millones de pesetas ( 72.121,45 €). Cifras que aunque puedan parecer cuantiosas son inapreciables distribuidas entre los 100.000 Km2
de su área de campeo, y teniendo en cuenta las pérdidas efectivas que tiene la ganadería por toda clase de conceptos.
Según datos facilitados por la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía (2006), la población de lobos que habitaba desde
hace décadas los parajes andaluces se ha visto reducida a las zonas de Jaén y Córdoba en Sierra Morena, donde se localiza una colonia
de nueve a once grupos familiares, lo que supone una población total de entre 60 y 80 individuos. Habiéndose puesto en marcha un
programa de actuación y gestión, para intentar evitar la extinción de la población de lobos en Andalucía.Infancia: Los lobos pesan al
nacer unos 500 gramos y nacen con los ojos cerrados y totalmente indefensos, por lo que la madre se muestra en éste período muy
hostil en su defensa. Abren los ojos y comienza a ver entre los 11 y 15 días. La loba amamanta a sus cachorros mientras que el macho
le alimenta a ella, cazando y regurgitando la comida que ha ingerido durante la caza. La lactancia dura alrededor de un mes y medio o
dos meses. Los lobeznos (cachorros de edad inferior a cuatro meses) son alimentados indistintamente por cualquier miembro de la
manada. Hacia los cuatro meses de edad, cuando han cambiado la dentición de leche por la definitiva, los lobeznos pasan a llamarse
lobatos.Madurez sexual: En su segundo invierno de vida, y antes de cumplir los dos años, alcanzan la madurez sexual y se convierten
en lobos adultos. En el grupo solo copulan y crían los ejemplares dominantes, que suelen denominarse macho y hembra “alfa”.
Alimentación: El lobo es un carnívoro depredador. La mayor parte de su dieta está compuesta por presas cazadas, aunque ocasionalmente
puede competir con aves carroñeras por los restos de animales que han muerto de forma natural o por accidente, así como por restos
provenientes de vertederos cercanos a núcleos de población humana. También es conocido el hábito, en determinadas estaciones, de
consumir alimentos de origen vegetal, tales como frutos silvestres. El lobo también aprovecha la carroña como complemento de su
dieta.
Hábitats: El lobo es una especie generalista, que habita desde el nivel del mar hasta los 2.000 metros de altitud, aun cuando el
histórico enfrentamiento que viene manteniendo con el hombre ha limitado su presencia a territorios donde poder esconderse y de
difícil contacto visual.
Huellas: Marca cuatro dedos, con sus uñas, siendo su aspecto muy similar a la de un perro grande, pero más ancha y con las
impresiones de las almohadillas digitales más alargadas y separadas, con una fuerte escotadura posterior en la almohadilla plantar,
que también aparece muy marcada. El tamaño medio está en torno a los 10x11 cms. para el pie anterior y 7x8 para el posterior.
Excrementos: Van a depender en su coloración y aspecto del alimento consumido, aunque por lo general son de color gris oscuro,
grandes y cilíndricos, de 10-15 cms. de longitud y 2-4 cms. de grosor, siendo habitual la presencia de pelos. Suele depositarlos en
lugares elevados.
Otros rastros: Muy variados, como GUARIDAS, que son parecidas a las tejoneras, pero con agujeros moderadamente profundos y una
entrada bien marcada, con grandes cúmulos de tierra en la entrada procedentes de la actividad cavadora. DESPOJOS: su costumbre de no
terminar de devorar a sus víctimas, así como el tamaño de ellas, es un buen indicio para constatar su presencia en un territorio, aun
cuando perros asilvestrados pueden ocasionar daños similares a los del lobo, que frecuentemente se atribuyen a los lobos En algunas
ocasiones el lobo arranca un trozo del animal, para llevárselo a enterrarlo en tierra, como hacen los perros, costumbre heredada de
los lobos. En invierno y en lugares con nieve abundante, también pueden enterrar a estos restos en nieve.
Dimorfismo sexual: El macho es mayor que la hembra. También son visibles los testículos del macho y el pene.
Enemigos naturales: El hombre es el único y tradicional enemigo natural del lobo, al no contar en nuestro territorio con otros
enemigos naturales importantes. Los cachorros, aunque son muy indefensos en los primeros días de vía, son defendidos con virulencia
por la madre.
Curiosidades mitológicas: Desde la antigüedad el hombre se ha sentido atraído por el lobo. Ha sido una relación ambivalente de miedo
y admiración hacia la especie, rodeado todo ello de misticismo y leyendas, como las conocidas leyendas de Rómulo y Remo en la
mitología romana o la de Gárgoris y Habidis en la mitología griega, que presentan en su descripción situaciones similares, en las que
cachorros humanos son amamantados por lobas salvadoras.
Principales problemáticas: Los daños que el lobo ocasiona en el ganado doméstico y en las especies cinegéticas, ha generado una
ancestral persecución del lobo por el hombre, que lo ha llevado al exterminio en amplios territorios. Planes de gestión que prevean
mecanismos de compensación e indemnización rápida y completa, a los afectados por los daños de los lobos, es una necesidad vital para
esta especie.
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